Que el edificio está quedando espléndido nadie lo duda. Que el antiguo edificio necesitaba cambios en su estructura tampoco, pues se encontraba muy deteriorado y era necesario adecuarlo a las necesidades tanto de los trabajadores municipales como de los contribuyentes que allí acuden a realizar trámites o consultas.
Ahora bien, que el Municipio gaste más de 4 millones de pesos en una obra suntuosa como esta, cuando existen otras prioridades y demandas que atender en el distrito, es cuanto menos criticable.
Hace unos días, desde el Radicalismo difundimos un documento en el cual se daba cuenta de la existencia de basurales a cielo abierto en la zona céntrica de la localidad de Magdalena. En el mismo, también hablábamos sobre las nulas políticas del gobierno en la materia y de la necesidad de implementar un programa de separación de residuos para comenzar a concientizar a la población sobre sus ventajas. Esto claro, sería el preludio de una futura planta de tratamiento de residuos, cosa que se ha hecho en otros distritos de la provincia.
Más allá de las discusiones -válidas- que puede acarrear el tema, no se puede dejar de reconocer que la basura es un problema que nos afecta y sobre el cual el Estado municipal no ha tomado ninguna medida. Por lo tanto, esto se traduce en una necesidad real de terminar con los basureros y sus nefastas consecuencias sobre la salud de los habitantes.
Hace un tiempo, los vecinos de una localidad del interior se unieron para formalizar sus reclamos ante el Ejecutivo porque entendieron que su pueblo no recibía el mantenimiento adecuado y no se le brindaba los servicios mínimos por parte de la Municipalidad. No reclamaban grandes cosas, simplemente que se arreglen las deterioradas calles, que se regularice el recorrido de la recolección de residuos, que se limpien las zanjas y desagües y que se realicen los trabajos necesarios en el balneario principal.
Hace mucho tiempo que los vecinos de la zona rural (Arditi, Payró, Ferrari) reclaman la reparación y mantenimiento de los caminos de la zona, no sólo para poder transitar los particulares sino también para que se garantice el acceso a la salud o a la educación, cuestión que muchas veces se ve impedida por el calamitoso estado de esos caminos.
En los últimos meses también se ha escuchado el reclamo de vecinos con problemas habitacionales que pedían una vivienda digna y se quejaban de la entrega digitada del municipio a otros vecinos con menores necesidades.
Todo esto que no es más que las demandas de nuestra población, no recibió una respuesta contundente del gobierno y en muchos casos ni siquiera se los escuchó.
Es por ello que estamos convencidos que ante estos y otros reclamos genuinos surgidos de nuestro pueblo, la respuesta no consiste en gastar más de 4 millones de pesos en un nuevo y lujoso edificio municipal.
Se dice que gobernar es administrar prioridades. En este caso el gobierno municipal ha invertido las mismas y destina grandes recursos donde no corresponde, en lugar de atender los mínimos y justos reclamos de la gente.
- Comité UCR Magdalena / Bloque de Concejales UCR
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